Mi primer nombre es Néstor, nombre masculino de origen griego que significa "Aquel que es recordado" y mi segundo nombre es Edmundo, que corresponde a una naturaleza emotiva vehemente que también se manifiesta en la expresión artística, las cosas del honor y las del humor, amante del color, las proporciones y el ánimo alegre.
Nací en una pequeña ciudad de la Provincia de Buenos Aires bajo el signo de Leo y en una de las democracias más democráticas (viva la redundancia!) en 1950, y el temor a la parálisis infantil.
Lo bueno dura poco. En el '55 comenzó mi vida bajo dictaduras que duraron exactamente más de dos décadas, unos 25 más o menos.
Pero mi vida fue rica en otras cosas. Tuve dos viejos divinos y el mejor de los hermanos, que un día, solo eligió irse ...
Recuerdo que a los diez años mi viejo me habló de unos barbudos y yo no entendí mucho.
Contaba que tuve otras riquezas. Mi adolescencia no adolescio (de nuevo, viva la redundancia!) de buena música: Los Beatles me acompañaron desde Liverpool y un gato me decía que "estaba solo y triste en un mundo abandonado". ¡Por supuesto que no me gustaba Floreal Ruiz!
... y para ésa época por convicción de mi viejo que leía la revista ASÍ tuve la mala idea de decir en el colegio que era "rosista" y me llevé historia sistemáticamente y cada vez que iba a rendir a papa se le caían las babas...
Un día soñé ser doctor y me alejé de mi casa rumbo a Rosario. Los militares eran los dueños de turno de nuestra Argentina y me empecé a juntar con los "comunistas". Aclaro que la palabra comunista era el denominador común para peronistas, radicales, marxistas, cristianos y todos ser que amara la libertad. Yo no era comunista. Yo era un "peruca" paladar negro, pero para el onganiato era comunista. Por ese tiempo en el bar del Barrio Pichincha vi absorto y escuché esto el 20 de julio de 1969: "El comandante de la misión Apollo 11, Neil Armstrong, bajó del módulo lunar "Águila", transformándose en el primer hombre en pisar la Luna..."
... Mi vida fue rica en muchas cosas. Viví "el Rosariazo" y ahí vuelvo a descubrir a los barbudos de los que hablaba mi viejo, al Perón de la resistencia a un chino gordo y a un vietnamita flaco, todo mezclado con un mayo donde del otro lado del charco escribían en las paredes: "Burguese vous ne comprenez pas" y aquí en las de Córdoba los estudiantes: "Barrio Clínicas territorio libre de América"
... y tanto "Luche y vuelve", un día el hombre volvió, y lo esperamos en Ezeiza!!! Ay Dios!
Maldito mundial donde fuimos "derechos y Humanos"...
Me llegaron las hijas y las separaciones, la vida en serio comenzó a golpear mi puerta. Y la puerta de otros... la de los mejores, la de los que "que venían cantando"
Hoy vivo la era de la computación (la del ábaco de hace 4000 años AC.), la del maldito cáncer, el cariñoso SIDA, el traicionero Covid y la droga.
Ah... olvidé de terminar mi presentación. Me dicen Tito por aquel personaje amigo de Periquita y Acevedo por esa costumbre de los padres de ponerte un apellido.
TITO ACEVEDO